jueves, 30 de octubre de 2008

España en la literatura (Guerra Civil)



ESPAÑA EN EL CORAZÓN EXPLICO ALGUNAS COSAS .



Pablo Neruda



Preguntaréis: Y dónde están las lilas?



Y la metafísica cubierta de amapolas?



Y la lluvia que a menudo golpeaba sus palabras llenándolas de agujeros y pájaros? .



Os voy a contar todo lo que me pasa. .



Yo vivía en un barrio de Madrid, con campanas, con relojes, con árboles.



Desde allí se veía el rostro seco de Castilla como un océano de cuero.



Mi casa era llamada la casa de las flores, porque por todas partes estallaban geranios: era una bella casa con perros y chiquillos.



Raúl, te acuerdas?



Te acuerdas, Rafael?



Federico, te acuerdas debajo de la tierra,



te acuerdas de mi casa con balcones en donde la luz de junio ahogaba flores en tu boca? Hermano, hermano!



Todo eran grandes voces, sal de mercaderías,



Aglomeraciones de pan palpitante, mercados de mi barrio de Argüelles



con su estatua como un tintero pálido entre las merluzas: el aceite llegaba a las cucharas, un profundo latido de pies y manos llenaba las calles, metros, litros, esencia aguda de la vida, pescados hacinados, contextura de techos con sol frío en el cual la flecha se fatiga, delirante marfil fino de las patatas, tomates repetidos hasta el mar.



Y una mañana todo estaba ardiendo,



y una mañana las hogueras salían de la tierra devorando seres,



y desde entonces fuego, pólvora desde entonces,



y desde entonces sangre.



Bandidos con aviones y con moros, bandidos con sortijas y duquesas, bandidos con frailes negros bendiciendo venían por el cielo a matar niños,



y por las calles la sangre de los niños corría simplemente, como sangre de niños. .



Chacales que el chacal rechazarla, piedras que el cardo seco mordería escupiendo, víboras que las víboras odiaran! .



Frente a vosotros he visto la sangre de España levantarse para ahogaros en una sola ola de orgullo y de cuchillos! .



Generales traidores: mirad mi casa muerta, mirad España rota: pero de cada casa muerta sale metal ardiendo en vez de flores,



pero de cada hueco de España sale España, pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos, pero de cada crimen nacen balas que os hallar un día el sitio del corazón. .



Preguntaréis por qué su poesía no nos habla del sueño, de las hojas, de los grandes volcanes de su país natal? .



Venid a ver la sangre por las calles, venid a ver la sangre por las calles, venid a ver la sangre por las calles...






Más:

Tiempos Violentos

Revisitar la novela española publicada entre 1936 y 1939 es un ejercicio útil tanto para la memoria estética como para la ética. La literatura como archivo registra una cantidad de autores (instintivos y profesionales) cruzados por las urgencias ideológicas de su tiempo, tan convencidos que lo imaginario modificará finalmente la realidad que los libros hay que publicarlos tal cual fueron escritos. Por ello y un poco mas tarde, incluso Francisco Franco escribió Raza, novela publicada con el seudónimo de Jaime de Andrade. En ella recoge sus sueños que de verdad trato de convencer a balazos. El texto que sigue presenta la geografía y la historia de varias de esas novelas precipitadas.

Eduardo Godoy Gallardo

La guerra civil que tiño de sangre a España entre 1936 y 1939 conmovió todos lo cimientos de la nación. La creación literaria siente sus efectos en forma inmediata. Se rompe violentamente una tradición y se construye una “literatura de urgencia” en que el repentismo es la nota central. La más significativa de las repercusiones sucede en poesía, donde surgen los Romanceros que retoman una antigua tradición española adaptada a los tiempos que corren y en donde conviven autores de renombre con otros desconocidos que, a veces, son autores de solo un poema. La postura poética adoptada por los creadores revela una posición partidaria clara y definida: revísense, por ejemplo, “Viento del Pueblo” de Miguel Hernández y el “Poema del Ángel y la Bestia” de José María Pemán, escritos en 1937 y 1939, respectivamente, y que entregan versiones distintas.
La producción literaria no se detuvo durante los treinta y dos meses que duro la Guerra Civil. A pesar de los momentos difíciles se siguió escribiendo, claro que con la influencia directa del contexto histórico. Novela, poesía, teatro y ensayo muestran el impacto del hecho bélico. Todo delata su presencia. La denominación de generaciones destruidas o quemadas se aplica con precisión a los creadores vigentes y emergentes en ese momento. La misma repercusión afecta al género novelesco. A ese periodo, 1936-1939, y a este género, dedicaremos la siguientes líneas. Excluyo a la narración breve y al cuento que tuvieron una amplia acogida en Hora de España, los republicanos, y en colecciones como La novela del Sábato, la novela de Vértice y otras, en el lado nacionales. En esos espacios creativos, se reproducen similares problemas literarios, históricos y contextuales, normales en la novela propiamente dicha.
La novela escrita en este periodo obedece a la necesidad de dar cuenta de lo que sucede y por ello tiene un valor testimonial que se valora por sobre lo creativo, lo que significa que la materia tratada y la manera de hacerlo apuntan a connotaciones similares y diferentes: similares puesto que se privilegia lo documental, y diferente por que los narradores toman partido y enlodan o ensalzan según el bando al que pertenecen. La denigración o la alabanza, siempre desmedidas, es una de sus características. Todo ello da margen a una construcción maniqueísta: se alaba a su propio bando y se denigra el contrario.
Las novelas que reseño a continuación con coincidentes con la Guerra Civil y su inmediatez no permite la creación de una gran novela. Para mayor claridad, las agrupo según el bando al que pertenecen sus autores: novelas escritas por republicanos y novelas escritas por nacionalistas. De las varias decenas de títulos encontrables, he escogido seis que creo son representativas. Hago excepción de la primera por las razones que menciono.

Los Republicanos

Se considera que la primera en aparecer es la novela de Elías Palma y Antonio Otero, Gavroche en el parapeto (trincheras de España) que vio la luz en el mismo año que inicio el conflicto, 1936, editada por Nueva Imprenta Radio. De reprocha a los franceses por no venir en ayuda de los republicanos españoles. Se describen los primeros encuentros y el centro lo constituyen las vicisitudes de los soldados en las trincheras del frente. Relato cargado de crítica bajo forma novelesca.
Comentare las siguientes novelas: en la zona republicana: Contraataque (1937) de Ramón Sender, Río Tajo (1938) de Cesar Arconada y Asedio de Madrid (1938) de Eduardo Zamacois. En el lado nacionalista: Eugenio o la proclamación de la primavera (1938) de Rafael García Serrano, Madrid da corte a Cheka (1938) del conde de Foxá y Madridgrado (1939) de Francisco Camba.
Contraataque, de Ramón Sender, fue concebida como una obra de propaganda y tubo por fin explicar la causa republicana al público extranjero. Publicada en Francia, Inglaterra y Estados Unidos antes que en España, lo que revela claramente su intencionalidad primera. Se trata de un relato en el que el novelista cuenta lo sucedido durante los primeros seis meses después del estallido de la Guerra Civil: se cierra en diciembre de 1936. El lector se entera de la participación de Sender en el frente y de sus reacciones. A su vez, se da cuenta de la doble significación del titulo: por un lado se alude a una operación militar, y, por otro, a la defensa del autor de una serie de críticas por su participación en la Guerra Civil. La condición autobiográfica del texto entrega detalles estremecedores: los fusilamientos de su mujer, de su hermano Manuel y de dos de sus cuñados en esos primeros meses. Escrita en primera persona es, en realidad, una biografía novelada.
Río Tajo, de Cesar Arconada estaba imprimiéndose en Barcelona en el momento en que la ciudad condal cae en manos del ejército nacionalista. Fue concebida como una trilogía –nunca terminada—centrada en la lucha del pueblo español en los primeros meses de la guerra en la sierra de Gredos. Hasta aquí llegan los vientos bélicos que sacuden al pastor Chaparrejo, un cuidador de cabras que vive en un espacio idílico. Toma conciencia del lado en el que debe luchar y forma un batallón que lleva su nombre. El lugar de la acción novelesca se sitúa entre la meseta castellana y el río Tajo. Chaparrejo es símbolo del heroísmo y la honestidad. Todos los personajes pertenecen al estrato más humilde de la sociedad española, los que representan, en la óptica de Arconada, al verdadero pueblo, que combate al lado de la republica. En medio de los combates, se educan políticamente, sin perder su pureza. El tema del pueblo en armas se desarrolla en medio de un espacio bucólico y bélico. En ahí donde Chaparrejo, rudo e inculto, entra en contacto con Flora, una estudiante refinada: la pareja, distinta en origen, se une por los ideales republicanos. La novela se repleta de símbolos: el caballo y el viento que encarnan los nuevos tiempos, el espacio bucólico quebrado por la guerra, el río Tajo… Las dos cartas que cierran el texto, una dirigida a Chaparrejo y otra a Flora, muestran la condición comprometida desde la que se narra: Chaparrejo se incorpora al Ejercito Popular y lora toma conciencia de su real posición en la lucha.
Asedio de Madrid, de Eduardo Zamacois, se centra en un chofer madrileño que, alejado al comienzo de la contingencia política, termina tomando partido por el bando republicano. Lucio Collado, un amigo, lo introduce en los problemas políticos y le hace ver la importancia que tiene el momento histórico que están viviendo. Juana Díaz termina convenciéndose y viste el mono azul, participa en el asalto del Cuartel de la Montaña, combate en la sierra junto a los milicianos y durante el asedio de Madrid se comporta valientemente. Lucio muere en forma heroica. La novela tiene un final altamente simbólico: Pura tiene un hijo asistido por su marido, en medio de uno de los bombardeos que destruyen diariamente a Madrid. Las palabras de Juana relacionan el momento que vive su mujer con Madrid: “Cumple tu deber de parir… Madrid renace en ti… En tus entrañas esta amaneciendo…” el nacer del hijo es equivalente al renacer de Madrid. En esta novela, la capital española es un personaje que cobra existencia página tras página. En trasfondo histórico esta presente tanto por ella misma y lo que sucede a su alrededor, como por los personajes reales que cobran vida, lo que acerca el mundo novelesco a la crónica.


Los Franquistas

El político novelista navarro Rafael García Serrano publica, en 1938, Eugenio o la proclamación de la primavera. Nacido en 1917, ésta es su primera novela y es una verdadera definición de ideales. De su lectura, surge la imagen de un joven falangista ejemplar que muere en defensa de España. Dedicada a José Antonio Prieto de Rivera, se dibuja su imagen como uno de los sacrificados por la patria amenazada. El tono es esencialmente lírico y, más que novela, es una exaltación de la falange. En este sentido, la acción es escasa. El titulo alude simbólicamente a la muerte del héroe que representa el triunfo ideológico de su bando.
Madrid da corte a cheka, de Agustín de Foxá, fue ensalzada, en su momento, como una de las más significativas novelas que trataban el tema de la Guerra Civil. Su argumento abarca desde las postrimerías de la monarquía hasta avanzada la guerra, fondo bélico determinante en el destino de los personajes novelescos. Tal como es usual en este tipo de obras, se mezclan los personajes históricos con los ficticios, así es la España del momento. El espacio novelesco, como lo indica el titulo, se escinde en dos fracciones: en la primera se describe al Madrid elegante en tanto que, en la segunda, la ciudad es invadida por las clases populares y se entra en un ambiente en que predomina la tristeza, el pillaje, “los paseos”, las matanzas. Se pasa, por último, a la zona nacional, lugar en que renace la esperanza. La trama novelesca se hace presente en la relación amorosa entre José Félix y Pilar. En el se asiste a un proceso de conversación: de la indiferencia, se transforma en un seguidor de José Antonio y, por ende, en una falangista: convencido.
Madridgrado, de francisco Camba es encabezado por un epígrafe del general Queipo de Llano: “¿Qué pasa en Madridgrado? Ya que esta palabra aun como parodia, es un poco novelesca. Denme ustedes otra que lo sea mas”. De nuevo surge Madrid como escenario. Se trata de un Madrid en que la influencia soviética es determinante. El argumento se plantea en torno a dos amigos a quienes sorprende el estallido bélico en la capital española y se ven obligados a permanecer ahí durante todo el desarrollo de la guerra. Ante sus ojos, suceden una serie de horrores que el gobierno de la republica permitió y que no hizo nada por detener. La participación de Rusia es confederada nefasta y antiespañola.

Los Extranjeros

En esta breve reseña informativa, no puede dejarse de lado el aporte literario extranjero que es el resultado de la internacionalización de la Guerra Civil: André Malraux escribe La esperanza (1937); Arthur Koestler, Testamento español (1937); Upton Sinclair, ¡No pasaran! (1937); Robert Brasillach, Los siete colores (1938); Ernest Hemingway, ¿Por quien doblan las campanas? (1940)… son algunas de las novelas mas significativas escritas en esos años, así como hay que señalar tres poemarios de hispanoamericanos que vieron la luz en 1937: España en el corazón de Pablo Neruda; España, aparta de mi este cáliz de Cesar Vallejo, y España. Poema en cuatro angustias y una esperanza de Nicolás Guillén. En chile, se edita en 1937 un homenaje de creadores chilenos con el nombre de Madre España que recoge aportes de importantes figuras de nuestro mundo poético, texto que ha sido incorporado este año en el libro España: 1936.
La revisión de las seis novelas que he seleccionado permite llegar a conclusiones que son comunes a la creación novelesca de esos años: predominio de un afán propagandístico y utilización de un fondo histórico tendencioso; mezcla permanente de la historia y la ficción; mundo novelesco estructurado en contrastes violentos; la guerra, sus causas y consecuencias constituyen el motivo central de estas novelas; personajes tipos que representan la posición ideológica de sus autores. Son novelas que tienen que ser autorizadas tomando en cuenta el momento en que se escriben. Pude seleccionar otros textos, pero creo que los señalados son una buena muestra de los escrito es esos años. Varios de sus autores lo fueron de solo una obra. La Guerra Civil les permitió hacerlo. Incluso el general Francisco Franco lo hizo con Raza (editorial numancia 1942), publicada con el seudónimo de Jaime de Andrade que recoge la participación de una familia gallega en la Guerra Civil.


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